Wednesday, March 14, 2007

El Santo va a la conquista de Tokio y EU





Su padre triunfó en la pantalla grande luchando contra temibles monstruos, mujeres vampiro y las mismísimas momias de Guanajuato. Él lo hará como serie animada ya que, luego del éxito de Santo contra los Clones, el Enmascarado de Plata será la principal apuesta de Cartoon Network para atacar el mercado latinoamericano.

Y ese es sólo el principio, ya que 2007 será recordado como el año en que El Hijo del Santo cambió de arena para ingresar de lleno en el mundo de los negocios con proyectos que incluyen llevar su concepto de café-boutique hasta Estados Unidos y Japón, así como desarrollar “Santología” que será una marca de ropa juvenil exclusiva para las tiendas Sears, propiedad del empresario Carlos Slim Helú.


En entrevista, el popular luchador reconoce que, de la mano de su manager, Gabriela Obregón, comprendió que la máscara plateada podía trascender al público que tradicionalmente acude a la lucha libre y ser cobijada por los estratos de mayor poder adquisitivo.

“El Santo da para mucho, pero te tienes que poner abusado… esas fueron las palabras de mi padre. Ahora yo he querido llegar a otros públicos y lograr que la gente de un nivel económico más alto se sienta orgullosa de ponerse una camiseta de El Santo”, explica.

Por ello decidió abrir un café-boutique en la colonia Condesa, en la que se venden máscaras, playeras, gorras, bolsas, mochilas, morrales, capas, sombreros y incluso joyería con la figura del enmascarado de plata.

Y los planes para el negocio son ambiciosos. “Yo quisiera tener una tienda en Tokyo, donde El Santo también tiene una gran aceptación, y una en la ciudad de Los Ángeles California. Eso es a nivel internacional, porque a nivel nacional hay muchas plazas que ya se acercaron con nosotros y que quieren hacer negocio. Te puedo mencionar a Tijuana, Monterrey y Cancún; ya se está trabajando y ojalá a final de año pudiera fructificar alguna de ellas”.

Pero el proyecto más importante para este año será el lanzamiento de la primera serie animada de El Hijo del Santo, la cual será producida por Cartoon Network.

En un principio, detalla, la oficina del luchador se acercó a la principal cadena de televisión infantil y se logró poner al aire Santo contra los Clones, un capítulo de 20 minutos de duración que fue transmitido en pequeños segmentos de tres minutos cada uno.

“Aunque no me pagaron, para mí era tan emocionante ver al Santo en una caricatura, que acepté. Se transmitió en México y Latinoamérica y vieron que fue tal el impacto que tuvimos otro acercamiento para negociar ya una serie”, detalla.

Incluso el pasado 14 de febrero, El Hijo del Santo fue invitado a la ciudad de Nueva York para clausurar el evento en el que Cartoon Network presentó todos sus proyectos para el presente año.

“Todavía están en la etapa de producción, así que no hay una fecha definida para el lanzamiento. Pero hemos viajado a Atlanta y hemos conocido a los más altos ejecutivos de la compañía y están fascinados con El Santo”.

-¿Y te sientas a negociar con ellos con máscara?

-Todo el tiempo. No me conocen y eso les impacta más. Yo les preguntaba que cuándo se habían sentado a negociar con Las Chicas Superpoderosas o con Dexter. Pero El Santo es diferente y ellos han entendido que es un personaje real y que hay que cuidarlo mucho.

Exclusiva en Sears

De la mano con el proyecto de animación, a partir del próximo mes de mayo saldrá a la venta la marca de ropa “Santología” que se venderá en exclusiva en las tiendas Sears.


“Se trata de algo muy diferente de lo que estamos vendiendo nosotros aquí en nuestra tienda. Será ropa para jóvenes entre los 14 y los 20 años, aproximadamente, y verán cosas como pantalones de mezclilla con la máscara plateada, chamarras, trajes de baño y artículos muy modernos”, comenta el luchador.


Y por si fuera poco, el Enmascarado de Plata será la imagen del Canal De Película, que se transmite en los sistemas de televisión restringida de Televisa, y de la organización ecologista Costa Salvaje con la que busca hacer conciencia de la necesidad de cuidar los recursos naturales de nuestro país.


“También tenemos nuestro programa de radio los domingos que se llama Hablemos sin Máscaras, donde estoy ejerciendo mi carrera y entrevisto a otros luchadores, artistas o comunicadores; pinto y además sigo en la lucha libre que es lo que me apasiona”.

Contra la piratería

En el sexenio pasado, la piratería y el contrabando se convirtieron en el segundo ilícito más lucrativo e incluso superaron al robo de vehículos. Sin embargo, El Hijo del Santo encontró la forma para vencer a lo que él mismo califica como “un cáncer”.


“Con Gabriela Obregón empezamos a hacer playeras para regalarlas en los lugares en los que me presentaba, pero nos dio mucha molestia ver cómo la piratería las copiaba y las vendía”, recuerda.


El problema llegaba a tal punto que, cuando quería regalar una máscara, el propio Santo tenía que acudir con los piratas, quienes le vendían sus artículos como si fuera un cliente cualquiera y sin pagar ninguna regalía.

“Entonces comenzamos a hacer diseños de buena calidad, máscaras con las mismas características de las que yo utilizo y nos dimos cuenta que necesitábamos un lugar para que la gente adquiriera todos estos artículos”, relata.


De forma paralela, el luchador se acercó con las empresas que producían los artículos de El Santo, para hacer negocio con ellos y proponerles que mejor maquilaran los productos originales. “El último culpable es el que vende las máscaras en la calle, por eso hay que hacer trabajo con quienes fabrican los artículos. Hablamos con ellos y la gente inteligente que no quiere problemas inmediatamente aceptó”.

“Lo que hace falta para evitar esto –continúa- es unión en el gremio luchístico. Muchos tienen miedo a actuar y permiten estos atropellos, sólo gente como Mil Máscaras, Blue Demon Jr y Tinieblas hemos hablado para protegernos”.

-¿Y dónde se sufre menos, en el ring o en los negocios?

-Yo creo que en el ring, porque ya estoy preparado, conozco el terreno, a los rivales y los riesgos. Al menos en la lucha yo tengo el control, pero en los negocios no.
* Entrevista publicada en Milenio Diario el 14 de marzo de 2007. La foto es de Víctor Cruz.

Friday, December 08, 2006

Corazón...zon-zon



No abras nunca el corazón.
Ni permitas que hable a oídos ciegos.


No lo lleves tú mismo el lugar de encierro...
de su encierro.

Nunca digas cuando amas.
Nunca digas cuando quieras...
...cuando extrañas

porque nadie se resiste al tener un corazón a su merced.

Es el riesgo de estar vivo.

Sunday, November 19, 2006

Mi fuente... mi familia



Hace 12 años, cuando iniciaba mi carrera como periodista, mi entonces jefa de información –una paisana veracruzana que casi le pegaba a los sesenta años- me insistía una y otra vez que yo tenía que hacer todo lo posible por ganarle la información a “la competencia”; es decir, a los otros medios informativos nacionales.

Con el tiempo me dí cuenta de cuan falsas eran esas palabras. Efectivamente había que ganarle la información al resto de los medios y presentarla de la mejor forma, pero esos reporteros distan mucho de ser mi competencia y, al paso del tiempo, han ocupado un lugar tan especial que sólo se puede comparar al de mi familia.

De entrada, nos une el mismo dolor. Somos adictos de esta enfermedad llamada periodismo y por la cual soportamos malos tratos, injusticias, insultos, desplantes de poderosos, interminables jornadas de trabajo, jefes de capacidad cuestionable, bajos salarios y una larga lista de etcéteras.

Hacemos los mismos corajes cuando un editor, sentado cómodamente en un escritorio en una redacción, pretende "iluminarnos" con su sabiduría y sus grandes temas, cuando somos nosotros los que estamos en la línea de fuego y tenemos la sensibilidad de los temas que componen la agenda nacional.

Sufrimos cuando nuestra información no es lo suficientemente valorada. Cuando a algún compañero de otro medio le destacaron mejor los datos que nosotros también presentamos o, peor aún, ya habíamos escrito tiempo atrás.

De hecho, hace unos años inventé el siguiente chiste: ¿Sabes qué le pasa a los reporteros pendejos? Pues terminan de editores.

Nos identificamos en cualquier evento y rápidamente hacemos equipo para que a todos nos vaya bien y saquemos un buen trabajo. Tenemos nuestros códigos, nuestros propios chistes. Todos dejamos algún órgano en la redacción: intestino, colon, riñones… usted nómbrelo.

Constantemente veo a las compañeras que son madres de familia y que tienen que redactar sus notas a toda velocidad, correr a recoger a sus niños a la escuela, salir a toda prisa a casa a preparar la comida del huevón del marido y luego regresar a la redacción o a la sala de prensa a recatar la información que haya salido por la tarde.

También veo a los compañeros que a las nueve o diez de la noche reciben un “cámbiale esto a tu nota, ¿no? Háblale a tal funcionario para confirmar esto ¿no?” y pierden toda clase de reuniones o encuentros familiares. No obstante los problemas en el trabajo, todavía deben llegar a casa a enfrentar toda clase de reclamos de sus esposas.

Gracias a este oficio, he terminado efectuando más viajes con amigos reporteros que con mi propia familia. Conozco más de sus problemas que sus propias familias y a veces los apoyo más que sus propias familias.

La última ocasión en que estuve en una playa con mis padres y mis hermanos fue en el año de 1981. Sin embargo, con compañeros como Roberto Morales, de El Economista, he recorrido Cancún, Perto Vallarta, Ixtapa, Mazatlán entre muchos otros destinos.

Por supuesto, ellos saben más de mis problemas que mis familiares y en muchas ocasiones he sentido más apoyo de su parte que de nadie más.

Por todo ello, debo reconocer que mi fuente, los reporteros del sector privado y de la Secretaría de Economía, no son mi competencia. Son una tribu que se parece muchísimo a mi familia.

Mi verdadera competencia está aquí en mi casa, en Milenio Diario. Aquí compito por los espacios, por que mi nota sea la portada de la sección de negocios, por cubrir los mejores eventos. Ellos también son parte de mi familia, por cierto; el problema es que luego se nos olvida por tantas presiones diarias y por tener que aguantar tanta chingadera diaria.

Foto 1: Óscar “la voz” González, de Monitor; Dayna Meré, de Reforma; Alejandra Aranda, de Coparmex y un servidor en Mérida.
Foto 2: Rumbo a Baja California Sur en jet privado.

Tuesday, August 08, 2006

La importancia de llamarse Raúl... Castro





En diciembre de 1993 puse, por primera ocasión, pie en territorio cubano. El viejo aeropuerto José Martí parecía un enorme deshuesadero de aviones soviéticos; el tiempo, literalmente, se había congelado en algún momento de la década de los cincuenta.

Ya en La Habana creo que pasé más tiempo haciendo fila en el departamento de "migración" que abordo de la nave de Cubana de Aviación. Tres mujeres, con sillas y mesas plegables, a la intemperie, eran las encargadas de hacer el interrogatorio de rutina: ¿Cómo se llama uhté? ¿Cúantoh díah va a ehtal en Cuba? ¿En que hotel se va a ohpedal?

La fila había que hacerla replegándose a un costado de las tres mujeres, ya que era tan larga -producto de las casi tres horas de preguntas con las mismas respuestas- que un avión nos hubiera atropellado a tofos indudablemente.

Cuando una nave aterrizaba, también tenían que agarrar, como pudieran, todas sus cosas para que el viento no les arrebatara hasta los pasaportes de los turistas.

En esas estaba yo, cuando entregué mi pasaporte con un "Buenas tardes" lleno de cansancio. Pero fue como si la mujer hubiera visto el documento de algún muerto o algo por el estilo: con la boca abierta me miró de arriba a abajo y sin dejar de perforar mi mirada con la suya me devolvió mis documentos diciendo... ¡Cosa máh grande caballero... pahe uhté!

Más desconcertado que ella tomé mi pasaporte y salí del aeropuerto sin ningún sello y sin ser molestado por ningún miembro de seguridad del aeropuerto.

Con el tiempo lo comprendí todo. El control de la información en Cuba era tal, que nadie sabía decirme con precisión si Fidel Castro estaba casado, cuántos hijos realmente tenía o detalles del hombre que lleva en el poder desde finales de los años cincuenta. Eso sí, todos me explicaban que la familia del Che Guevara vivía, completita, en Miami.

En ese contexto, que llegara un joven mexicano -tenía 19 años en aquel entonces- nacido en el estado de Veracruz -de donde salió la expedixión revolucionaria de Fidel y compañía- y de nombre Raúl Castro, levantaba sospechas.

Decidí sacar provecho de esa situación. Cuando conocía alguien, extendía la mano firme como un candidato en campaña y mirándolo a los ojos le decía con un perfecto acento mexicano:

-Raúl Castro, mucho gusto.
-¿Pero mira, tú sabeh quién eh Raú Cahtro?
-Yo soy Raúl Castro, mucho gusto.
-¡Pero tú sabeh quién eh Raú Cahtro!
-Pues mira. Mi padre se llama Raúl Castro y mi abuelo también se llama Raúl Castro también.
-¡Coño! ¡Coño! ¡Se ehtán reproduhiendo ehtos hijoeputa!

A los amigos más cercanos le explicaba la historia completa. Efectivamente, yo soy Raúl Castro Lebrija, hijo mayor de Raúl Castro Villafuerte y nieto de Raúl Castro Ruiz. Por una letra, mi abuelo hubiera sido homónimo perfecto del hermano de Fidel y quien ahora ha asumido el poder en la isla.

Me convertí en una atracción para los locales. Incluso fui entrevistado en programas de radio, con el pretexto para hablar de México, por el simple hecho de llamarme Raúl Castro.

Varios años después, en el 2004, visité nuevamente La Habana. Como parte de una delegación de empresarios mexicanos fui presentado por René Ortiz -entonces secretario de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación- ante Ramón Castro... el hermano mayor de Fidel.

El hombre ya no tenía un sólo cabello blanco. Caminaba pausado y con algunos problemas. "Mire don Ramón, le presento a un periodista mexicano. ¡Dile cómo te llamas! ¡Dile cómo te llamas!" decía emocionado René. "Soy Raúl Castro, senor. Es un placer conocerlo", le dije.

Entonces el rostro serio de aquel viejo fue cambiando poco a poco para lanzar una enorme sonsira. Era un hombre gigante, yo le llegaba apenas al esternón. Parecía más un oso polar que un cubano.

Entonces el hombre abrió los brazos, me dio la mano y llevándose la mía a su corazón me dijo "tú ereh de la familia ¿eh?" lo que provocó una sonora carcajada de toda la delegación.

Más tarde René, que ya era mi agente de relaciones públicas, me llevó ante José Ramón Fernández, mejor conocido como "el Gallego". El hombre era un militar de carrera, formado en la academia de West Point y tenía como primer mérito haber sido el comandante de las fuerzas cubanas durante la invasión orquestada por la CIA en Bahía de Cochinos... Ahí nomás.

También era el vicepresidente del Consejo de Cuba, del cuál Fidel es el presidente. René repitió la presentación:

-¡Dile cómo te llamas! ¡Dile cómo te llamas!
-Soy Raúl Castro, señor, es un placer conocerlo.
-¿Raú Cahtro? mmmm... ¿Cuántoh añoh tieneh hijo?
-30 señor. -Mmmmm... sohpechoso. ¿Y cuál es tu segundo apellido, hijo?
-Lebrija, señor. -Mmmmm... ¡doblemente sospechoso! Me vas a hacer investigarte, hijo.

Eso último ya no me hizo tanta gracia, debo reconocer.

Hace unos días un compañero dejó sobre mi escritorio la portada de una sección internacional, cuyo encabezado decía: "Raúl Castro sustituye a Fidel y toma el poder en Cuba".

¡Por fin! pensé. Por fin me está haciendo justicia la revolución... la cubana, porque lo que es la mexicana, simple y sencilamente no lo veo claro todavía.

*En la foto, el Che y Raúl Castro... el otro, no mi abuelo. Bueno, al menos eso me dijeron.

Monday, July 31, 2006

20 preguntas sobre el proceder de AMLO



Necesito que alguien me ayude a comprender, me explique o simplemente me saque de mi error (porque reconozco que tengo derecho a equivocarme), pero:

-¿Bloquear el Paseo de la Reforma es un paso positivo hacia la consolidación de la democracia mexicana?

-¿Puede alguien, en su sano juicio, apoyar las acciones que está ordenando Andrés Manuel López Obrador?

-¿No están ya las "pruebas del fraude" en el Tribunal Electoral y sólo él puede determinar si son válidas y quién será Presidente de México?

-¿Por qué presionar al Trife?

-¿Por qué afecta López Obrador la entidad donde obtuvo el mayor margen de votos?

-¿Por qué el DF es tomado como rehén por el perredista?

-¿No fue AMLO quien justamente prohibió el cierre total de las principales arterias de la ciudad en actos de protesta?

-Y como me decían en la primaria: ¿Si AMLO les pide tirarse por la venta, también lo van a hacer? Ojalá sólo fuera por la ventana.

-¿El Gobierno del Distrito Federal no debería poner primero el interés de la mayoría de los habitantes de la ciudad, al de una minoría incorforme?

-¿La democracia no es el gobierno de las mayorías?

-¿Por qué destina el GDF impuestos públicos para apoyar los actos de "resistencia civil pacífica"?

-¿Entiende Alejandro Encinas que ha dejado de ser el último puente de comunicación con el resto de las fuerzas políticas?

-¿Estar en desacuerdo con todas estas acciones de "resistencia civil pacífica" me vuelve "cómplice del fraude", un "cochino burgués", un "delincuente de cuello blanco que no paga impuestos", un traidor a la democracia, un tecnócrata o todas las anteriores?

-¿Soy un traidor al país por haber votado por otro candidato?

-¿Soy un miedoso, como publicara Denisse Dresser -no es específicamente de mí, claro-?

-¿He trabajado casi la mitad de mi vida por este país, pero ahora soy un traidor por no aceptar lo que ordena López Obrador?

-¿No votar por AMLO es ser triador a la patria?

-¿Querer llegar sin problemas a mi trabajo es traicionar a la patria?

-¿Debo ser tolerante con la intolerancia de los demás o de él, en este caso?

-¿Qué piensan de todo esto los que votaron por AMLO el 2 de julio?

*Foto de un servidor caminando por el Paseo de la Reforma a la altura de la Diana.

Reflexiones en Guerrero Negro



¿Quién soy?
¿En quién me estoy transformando?

Bajo mis pies, los perfectos cristales de sal se rompen y el sonido que producen parece un cincel que con profundos golpes abre mi mente y deja libres recuerdos que, creí, había borrado hace tiempo.

El sol me quema la nuca.
La blanca sal apenas me permite abrir los ojos
y el salitre me roba el poco oxígeno que llega a mis pulmones.

Andas caliente... Me dijo el viejo sabio que camina conmigo.
Aquí te espero al terminar el año.
Pescaremos.
Iremos a ver a las ballenas porque sé

que ese ha sido tu sueño de niño no cumplido.

Tuve que poner de nuevo mi copia de Bajo California. Demián me recuerda al pintor Enrique Chagoya. Su idea de ir dejando rastros de arte en la Península enciende algo de mi espíritu que permaneció dormido, sólo Dios sabe desde cuando.

(Soy Jonás tragado por una ballena
y mientras cargo los largos huesos apilados en la arena, me doy cuenta de que ya no lloro más por Ella).

El sol me quema las dudas y la sinrazón.
La blanca sal me obliga a observar por los poros de mi piel
y el salitre encapsula el agua de mi cuerpo y me mantiene vivo
... porque aquí estoy vivo.

El mar te limpia,
el bosque te reintegra,
pero el desierto trasciende la conciencia;
por eso muchos ahí se pierden y al poco tiemo
deciden morir... me dice el médico de la tribu.


Una a una las imágenes se agolpan en mi mente y poco a poco yo les cedo el control.

...Llegar al desierto, atravesar a Mexicali,
cruzar la Laguna Salada, subir por La Rumorosa
y llegar hasta Tijuana.
De ahí bajas por Todos los Santos
atraviesas Ensenada
y todo derecho, algún día,
llegas a Guerrero Negro, donde dejarás
de explicarte las cosas que ves alrededor.

Y sé que el viaje no está completo:

Mis ojos no han visto al gigante marino.
No he visto las paredes pintadas por gigantes de los cuales el tiempo perdió todo rastro.
Tampoco he estado en esa punta desde la cual veo, al mismo tiempo, al Pacífico y el Mar de Cortés.

Nuevamente Damián:

Uno no puede vivir sin saber de dónde es uno.
Saber de dónde es uno es saber dónde están enterrados los abuelos.
El pasado son todos nuestros muertos.
Aquí están nuestros muertos
y uno no se puede ir nada más así como así.

Y la pregunta sigue dando vueltas en mi cabeza:

¿Quién soy?
¿En quién me estoy transformando?


* Foto: en la salina más gran del mundo, propiedad de Exportadora de Sal, en el corazón de Guerrero Negro, Baja California Sur.

Monday, July 17, 2006

Andrés Manuel, Felipe y la elección que yo viví




Todavía tengo fresca en la memoria la jornada del domingo 2 de julio del año 2000. A penas pasadas las 8:00 de la noche, cuando el Instituto Federal Electoral permitió a las casas encuestadoras dar hacer públicos sus conteos rápidos, Joaquín López-Dóriga anunciaba el triunfo de Vicente Fox Quesada.

El silencio más denso que hubiera escuchado se hizo presente en la pequeña redacción de El Economista. Nadie lo podía creer. Tomé entonces las cifras en una libreta y fui a reportarlas a mis superiores. El silencio me siguió con ellos.

Al poco tiempo ya estaba montado en una motocicleta y junto con mi amigo Tomás –un extraordinario ser humano que trabajaba como repartidor del diario- recorría las calles de la entonces nublada Ciudad de México. “¿Nos vamos rápido o en chinga, mi Rulo?”, me dijo. “Pues en putiza cabrón, a la casilla de Labastida”.

Al día siguiente mis datos formaban parte de una extensa nota de color. Francisco Labastida Ochoa, ya ex candidato del PRI, había perdido la elección presidencial. “¡No ganó ni en su casilla, pinche Tomás!”.

De regreso al diario dejé de sentir el viento frío que mecía mis cabellos y casi me congelaba el rostro. El PRI había perdido, por fin el PRI había perdido. Había que recordar perfectamente de dónde veníamos para entender esa alegría. Como un loco alcé los abrazos mientras recorríamos avenida Revolución a más de 100 kilómetros por hora y me puse a gritar como un desquiciado.

En verdad estaba loco de alegría... pero qué distinto era todo seis años después.

Felipe ¿el ganador?

Lo voy a dejar claro de una vez. Yo voté por Felipe Calderón Hinojosa para Presidente de la República, pero no porque lo considere el mejor candidato, el más capaz o simplemente el menos malo. Tampoco porque considere al PAN como la mejor opción de gobierno. No, ninguna de las anteriores.

De hecho su campaña no me ha provocado más que asco. Por ello descalifico de la manera más enérgica y severa la campaña de miedo con la cual fincaron su triunfo sobre Andrés Manuel López Obrador. Ha sido verdaderamente repugnante ver spots advirtiendo a la gente que podrían perder su casa o sus empresas ante un triunfo del candidato perredista.

La campaña de Felipe Calderón ha sido tremendamente irresponsable, baja, ruin, deleznable, indigna. He platicado con cualquier cantidad de personas que en verdad sintieron miedo ante la posibilidad de perder -¡Dios mío!- su patrimonio si el PAN dejaba la cómoda silla presidencial.

Ahora, como candidato vencedor, es muy fácil llamar a la unidad, a la conciliación. Perdón Felipe, pero no tienes un gramo de calidad moral para llamar a la unidad de los mexicanos. Tu repugnante campaña ha asentado las divisiones y los resentimientos que tenemos en una sociedad clasista.

No creo que tengas la capacidad para llevar las riendas de este país. Nunca lo pensé, de hecho. Platicando con tus colaboradores me di cuenta de que no tienes proyecto, no hay sensibilidad hacia los principales problemas del país. Fuiste, literalmente, inflado por Televisa y por el periódico Reforma. Tienes muchos compromisos encima y deberás pagar las facturas en cuanto te pongan la banda presidencial.

Los verdaderos problemas de México están muy por arriba de tu capacidad... y de la capacidad de tus otros competidores juntos. De los tres no se hace uno solo.

Voté por tí porque estoy convencido de que la única forma de abatir la enorme pobreza y la desigualdad es permitiendo la creación de empresas legítimas y legales, con más apertura económica y competencia. Especializando al país en industrias de alto valor agregado. Eso ya estaba en marcha tiempo atrás de que tú te hicieras, si quiera, candidato. No espero nada de tu gobierno.

AMLO... camino a la locura

Y mira que me caíste bien desde un principio, Andrés Manuel, pero no puede ser Presidente de la República alguien que demerita y muestra tan poco respeto por esa institución como tú mismo. Te fuiste por el aplauso fácil y así envalentonado es muy sencillo lanzar un estúpido “cállate, chachalaca” a una masa que no razona tus palabras.

Que quede muy claro: el proyecto de López Obrador no era de izquierda. La verdadera izquierda mexicana murió junto con Heberto Castillo hace varios años, hombre y patriota –el último que ha tenido nuestro país- que fue desplazado por muchos ex priístas como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz-Ledo y el propio AMLO.

En el diccionario de López Obrador no existe la palabra derrota. No existe la idea de que la mayoría pida otra cosa. No eran ciertas las encuestas que te ubicaban diez puntos arriba en la elección y ahora descalificas a todos, incluso a los de tus propios partido, sino ven las cosas desde la óptica que tú mandas.

Descalificas con lujo de ligereza una elección operada por los ciudadanos. Descalificas al árbitro aun cuando el propio PRD tenía las actas de las casillas y, por consiguiente, sabías que no ibas a ganar.

Descalificas a los observadores internacionales que no vieron ninguna de las "graves irregularidades" que sólo tú viste en el proceso.

Descalificas a los representantes de casilla de tu propio partido que reconocen públicamente que no hubo problemas en las urnas que revisaron, como tú quieres probar.

Todo estamos mal entonces, Andrés Manuel. Sólo tú estás bien en este país. Todos estamos mal y tú eres el único que puede ser Presidente de la República.

Cuando perdiste la elección en Tabasco marchaste al Distrito Federal en protesta. Pero, ¡madre mía, ahora ya estás aquí! ¿A dónde vas a marchas en esta ocasión?

¿Sabes hacer otra cosa que no sean marchas y plantones? ¿Sabes reconocer una derrota?

Sólo advierto lo siguiente. En el grupo de López Obrador ya se han hecho a un lado los sindicatos que lo apoyaron en un principio. Además Cuauhtémoc Cárdenas no permitirá ningún tipo de protesta fuerte, ya que está preparando desde ahora la campaña de su hijo Lázaro, actual gobernador de Michoacán, para el 2012.

Ya no hay músculo, Andrés Manuel. La causa está perdida. Acepta tu derrota en las urnas y retírate con el poco capital político que aún te queda, luego de tus reacciones en los últimos días.

Un Ying-Yang

Observe bien, amigo lector, la imagen que acompaña el presente texto. Es el resultado de la elección presidencial, sobra decir el singnificado de los colores.

Tenemos un norte desarrollado, con inversiones, con crecimiento económico y, en algunos casos, con niveles de bienestar y calidad de vida similares al de naciones europeas.

Tenemos al mismo tiempo un sur marginado, sin desarrollo, con nada más que pobreza.

Vea la imagen de nuevo, amigo lector, es un Ying-Yang perfecto: México es los dos, el rico y el pobre. México es los contrastes, los opuestos, los contradictorios al mismo tiempo.

Dentro de lo negro, además, no todo es negro. Vea las manchas que representan los estados de Zacatecas y Nayarit. Dentro de lo blanco tampoco hay uniformidad, como lo muestra Puebla.

Incluso vea el detalle de las puntas: Baja California Sur se une a la región amarilla, mientras que Yucatán se une al norte azul. Eso simboliza movimiento.

Eso somos, pues: una nación hecha de opuestos que no deja de moverse como la vida misma. Un país donde no todo lo negro es negro ni todo lo blanco es puro. Somos los dos y, en la medida que lo entendamos, nos conoceremos a nosotros mismos.

Wednesday, June 28, 2006

Me usan para tirarle a Felipe Calderón








Resulta que hace unos minutos me llegó un correo de un emisor llamado "Elige Brillante", donde se expresan puntos de vista en favor del candidato presidencial de la Colación por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, y se critica a el candidato del PAN, Felipe Calderón Hinojosa.

Lo curioso del tema es que, para reforzar la crítica a Calderón, utilizan un reportaje que publiqué en Milenio Diario hace casi un mes, donde expertos en materia laboral por parte de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) hacían pedazos el programa del Primer Empleo propuesto del panista y que ha tomado de bandera para autoproclamarse "El Presidente del Empleo".

Según mis entrevistados, el programa de Calderón Hinojosa, en materia de primer empleo -acoto- "no tiene ni pies ni cabeza"... así me la soltaron.

Sólo aclaro que no estoy ni en favor ni en contra de Calderón, López Obrador o Roberto Madrazo. Eso sí, el reportaje está bueno... como que lo escribí yo... ¡chingao!

Ahí se ve el encabezado del sitio de Internet de Milenio, donde se puede consultar el texto íntegro de mi reportaje.